El nuevo trabajo de Emily
Emily decidió aceptar un trabajo en la hamburguesería local, ilusionada por ahorrar dinero para la universidad. “Voy a dar la vuelta a hamburguesas, mamá”, se rió, como si compartiera la noticia de una gran aventura. Admiraba su sentido de la responsabilidad, me enorgullecía. “Aprenderás mucho sobre la vida allí”, la animé. Emily abrazaba cada nueva experiencia, viendo cada paso como un progreso hacia su sueño de una educación superior.

El nuevo trabajo de Emily
Amistades en el trabajo
Sus nuevos compañeros no tardaron en convertirse en algo más que simples compañeros de trabajo: se convirtieron en amigos que le hacían disfrutar de sus turnos. “Son una panda de tontos, pero los adoro”, me dijo riéndose durante la cena, contándome historias de camaradería, el caos juguetón de los turnos y el apoyo que se daban unos a otros. “Parece que tienes un buen equipo”, le contesté. Estas amistades reforzaban sus días, mezclando el trabajo con la risa y aligerando la carga de su viaje.

Amistades en el trabajo